martes, 2 de diciembre de 2014

La creatividad y los saberes inútiles


La Creatividad  es favorecida por los saberes inútiles

 Introduction

 If an organization is to meet the challenges of a changing world, it must be prepared to change everything about itself except its basic beliefs. The only sacred cow in an organization should be the basic philosophy of doing business. —THOMAS J.WATSON  (Johnston, 203, p. 3)
 

Presentemos algunas definiciones para ubicarnos en el contexto apropiado, aunque advertimos que las que mostramos no son necesariamente las únicas. De hecho conceptos como la Creatividad son polisémicos y muchas veces se definen sus propiedades o características creando confusión; todo ello porque la creatividad ha tomado gran importancia en los últimos tiempos. Como lo señala Rodríguez Estrada (en Velasco Tapia, s/f, p. 7) “Todo el mundo quiere ser creativo, sin embargo cuando se cuestiona sobre lo que es la creatividad, pocos saben definirla… Anteriormente a los creativos se les llamaba genios, talentosos, ingeniosos, sabios, inventores, y se les consideraba hombres inspirados por los dioses”. Pero ¿que sugiere esta palabra de moda? Rodríguez Estrada agrega (En Velasco Tapia, s/f, p.7) “Originalidad, novedad, transformación tecnológica y social, asociaciones ingeniosas y curiosas, aventura, sentido del progreso, éxito y prestigio, nuevos caminos para llegar a un fin, alternativas, solución de problemas, fantasía, descubrimiento... la capacidad de producir cosas nuevas y valiosas”.

Estas “cosas nuevas” pueden ser teorías científicas, modelos matemáticos o económicos, productos para el consumo, servicios o formas de atención  a los clientes o usuarios, procesos industriales u operativos, métodos educativos, un componente tecnológico que genera un cambio cualitativo; en fin, cambios o novedades en cualquier campo  de la actividad humana. 

Un detalle importante: la creatividad es un asunto estrictamente personal, psicológico, guiado por mecanismos particulares por ello es posible que dos o más personas, sin contacto alguno puedan llegar a los mismos resultados ¿Recuerdan el cálculo diferencial, Newton y Leibniz?

La magnitud de los cambios no es relevante, pues el transistor o un cuento para divertir  a los niños son valiosos por ser resultados de la creatividad, pues en última instancia como lo señala Rodríguez Estrada (s/f. p.8) ¿Quién es el juez de lo valioso?”, por lo que sugiere  tres grados o niveles para valorar la creación:

• El producto es valioso para el círculo afectivo del sujeto creador (nivel elemental, de interés personal y familiar).

• Es valioso para su medio social (nivel medio o de impacto laboral y profesional).

• Es valioso para la humanidad (nivel superior o creación trascendente y universal).

Para Edward de Bono, el “pensamiento creativo parece no existir hasta que se necesita… en términos de cantidad, el perfeccionamiento es el uso más  amplio del pensamiento creativo... El punto clave es la capacidad de examinar cualquier procedimiento o método y dar por sentado que podría haber otro mejor (Velasco Tapia, s/f p. 8-9) Para ello hay  que  considerar algo. El pensamiento creativo es necesario sólo cuando no existe la posibilidad de introducir mejoras basándose en la experiencia, las nuevas tecnologías, la nueva información, el análisis y la lógica; este panorama es la fuente de confusión o malinterpretación de la creatividad.

De Bono también considera la resolución de  problemas como el área tradicional de  aplicación de la creatividad. Cuando los procedimientos estándar no ofrecen soluciones o éstas no son las mejores. Otro uso de la creatividad se refiere al incremento o creación de valor para los recursos los activos de la organización que trata de destacar en un entorno agresivo y competitivo, donde la generación de oportunidades puede ser la clave de la supervivencia  o predominio. En la industria tecnológica actual se pueden ver continuamente ejemplos de esta orientación ¿Por qué Kodak y Nokia se convirtieron de líderes en seguidoras irrelevantes en su industria? De bono (En Velasco, s/f, p.11) ) dice certeramente: “Las oportunidades sólo “caen del cielo” si alguien se lanza a buscarlas. Las ideas generadoras de oportunidades no se encuentran en todas partes, esperando a que alguien las encuentre. Esas ideas deben ser producidas”

 Respecto al futuro, aunque no existe información sobre él, se necesita el pensamiento creativo para prever las consecuencias de las acciones  emprendidas para conquistarlo y para generar nuevas alternativas a tener en cuenta. Para De Bono (Velasco, s/f,. p.11) las estrategias, las contingencias y los reaseguros forman parte del proceso del diseño creativo; la información y la lógica brindan el marco de trabajo. El diseño creativo ofrece las posibilidades; la información y la lógica las evalúan.

 Adicionalmente, debe considerarse la motivación, desde una óptica que para De Bono es “un poderoso factor de motivación porque logra que la gente se interese por lo que está haciendo… la esperanza de encontrar una idea valiosa. Brinda a todos la posibilidad de alcanzar logros, de hacer la vida más divertida y más interesante. Proporciona un marco para el trabajo en equipo con otras personas” (En Velasco, s/f, p.12)

 Es posible que empresarios o ejecutivo que consideran la creatividad  como un atributo o  actividad intrascendente  o poco rentable, no generadora de ingresos inmediatos, actúen de manera  que anulan el incentivo o las oportunidades para la creatividad y por ende, para la motivación y mejor desempeño de sus colaboradores.

 Alex Osborne, considerado el padre del método de “brainstorming”, una técnica de búsqueda creativa  de soluciones  ampliamente usada y aceptad en el mundo empresarial, tuvo la confirmación de otros investigadores que probaron con total objetividad que la creatividad es una habilidad inherente a cada persona, no precisamente de una élite de genios, una actividad que puede ser fortalecida con el coaching y la práctica (Johnston, 2003, p. xii)

En las empresas que descubren la necesidad de la creatividad para mejorar la situación, según Johnston (2003, p. xv) “el impulsor de la idea es la necesidad de crecimiento estratégico bajo un nuevo esquema, o metas ambiciosas que superan el alcance de las capacidades actuales; a veces la amenaza competitiva, que crea el apetito para la innovación estratégica donde no existía nada antes”. Esto demuestra que la creatividad pasa de ser un asunto o necesidad personal, a un asunto corporativo., La institución, la empresa , no solo el individuo, deben ser creadores. Gran cambio.

 Los saberes o cosas inútiles

 En las organizaciones  se tiende a privilegiar la actividades o “saberes útiles”, entendidos como aquellos que permiten la creación, elaboración o producción e productos o servicios que producen beneficios, dinero de inmediato o de manera sensible. El empleo del tiempo fuera de esto es condenado o considerado como una pérdida o derroche.

 Los saberes o “cosas inútiles”, consideradas un lastre, son la música, la práctica de las artes plásticas, la lectura activa y creativa de obras trascendentes, la poesía, la danza y algunas actividades como la meditación, 

Pero, ¿es realmente una pérdida de tiempo el aprendizaje y la práctica de la música, artes plásticas, literatura, danza y otras actividades que no tienen resultados tangibles, concretos?. La audición  de una sonata de Mozart, la visión de una danza de Tchaikovski o la lectura de un poema no producen nada que se pueda tocar, mirar, sentir, oler, vender, pero producen un cambio en la mente y el espíritu de quien “perdió el tiempo”. Y esa mente, esa persona, puede ser quien, con la capacidad mejorada por estas actividades, descubra la solución de un problema productivo insoluble, quien diseñe o imagine un nuevo producto o servicio, sea el que “sube al cielo y recoge las oportunidades que por allí abundan” (según de Bono).

Los saberes inútiles son aceleradores, catalizadores o multiplicadores de la capacidad creativa, por ello, en vez de desalentar, cuestionar o sancionar, debe fomentarse su empleo en  tiempo y espacio adecuados.  Por otra parte  práctica de los  saberes inútiles fortalece la capacidad, amplitud y efectividad del “pensamiento lateral”, una genial idea de Edward de Bono

Los saberes inútiles lo son realmente cuando la persona que las practica toma el tiempo destinado a su trabajo para ejecutarlas, se despreocupa de sus tareas y por andar abstraído comete errores que perjudican a los demás. En este caso, el culpable no son los saberes inútiles sino la irresponsabilidad de quien acude a ellos.

Como respuesta a la presunción de los que consideran  inútiles estos saberes, hay que recordar que Henry Mintzberg, gurú de la administración, afirma que el planeamiento estratégico en muchas empresas no aporta ni un rango suficiente de opciones estratégicas ni presenta una hoja de ruta o mapa que comprometa  acciones para el futuro.

Johnston señala lo siguiente :

“This is not surprising since most strategic planning processes are numbers-oriented, lacking a creativity component. As a result, strategic planning in most companies is a process that merely extends the previous strategy into the future. Even when senior executives invite ‘‘out of the box’’ thinking, most managers do not know how to go about exploring beyond the existing strategic framework. (Johnston, 2003, p. xiv)

Y el planeamiento estratégico considerado por muchos como una actividad absolutamente productiva, creadora de oportunidades; quizás lo sea en algunos casos, pero la apreciación de Mintzberg baja del pedestal a los que tienen esta vana pretensión de superioridad.

El planeamiento estratégico que no conduce a nada, es una actividad totalmente inútil y como se asume que es tarea de los altos ejecutivos, resulta muy costosa u onerosa. La rentabilidad es claramente cero. Un informe de una consultora refiere que las reuniones pobremente gestionadas donde acuden ejecutivos, representa  una pérdida de más de 20 billones de US$ por año en la economía  canadiense, mientras que para los EEUU la pérdida es de más de 200 billones en tiempo perdido y talento desperdiciado (Viele, 2010, p. 1). Se asume que cada ejecutivo emplea unas 2o horas por semana en reuniones y cada hora se cotiza en US$ 100. Con seguridad, son reuniones donde la creatividad estuvo ausente para definir claramente los problemas o metas y proponer soluciones adecuadas, o nadie es capaz de ver el futuro y definir la ruta a seguir.

Las actividades inútiles, por el contrario, no cuestan o si existe un costo no es tan alto como el de las reuniones mencionadas, en las que asisten ejecutivos sin creatividad, aburridos, que solo está ahí porque el protocolo  lo exige. La rentabilidad, no monetaria o inmediata, de actividades “inútiles” se comprueba  cuando quienes participan  las asimilan a su modo de vida,  demuestran mayor flexibilidad mental, equilibrio  sicológico y fisiológico, creatividad, mayor resistencia a las tensiones y el estrés, disfrute pleno del vida; y creo firmemente,  que todo esto, se traduce en dinero, mucho dinero ganado o ahorrado (no hay enfermos por estrés, por ejemplo).

Un menú para la creatividad

Mencionamos como ejemplo de actividades no productivas la música, la poesía, la meditación, la danza, las artes plásticas, la actuación escénica. Al final de una sesión de práctica no queda nada: después de la música solo el recuerdo de los sonidos que gradualmente  se disipan en el espacio; después  de la danza tan solo los movimientos con los que sintió la ligereza de las aves; quizás solo las artes plásticas quedan expresadas en objetos materiales  (cuadros, esculturas) pero es el proceso creador lo que vale más, el afán por encontrar color o formas donde antes no existía nada.

En una dieta alimenticia, existen muchas opciones para combinar loe elementos básicos de la alimentación; proteínas, azúcares vitaminas, oligoelementos. Las combinaciones adecuadas permiten tomar las cantidades necesarias. En cuanto a la creatividad, también existen varios elementos  básicos, los cuales deben elegirse para formar la “dieta de la creatividad”. En la figura 1 se muestran algunos saberes inútiles que conforman esta dieta. Existen más, pero como ejemplo son suficientes los mostradas.

 

 
A diferencia de los alimentos físicos, en los saberes inútiles existe una maravillosa paradoja: Nada es excesivo, nada es poco. Mucho o poco tiempo en la práctica musical  ya hacen la diferencia, se comienza a activar la creatividad. Lo mismo con las demás cosas inútiles. Se entiende que quien las practica debe balancearlas  adecuadamente con la vida profesional, laboral, familiar; de otra manera el exceso si sería perjudicial. La idea es estar lejos de la zona  de indiferencia (el círculo central) que es como la zona de máxima gravedad que atrae hacia la nada a la creatividad, la anula y limitas las posibilidades de la persona.

 
Conclusiones

 Los ejecutivos o empresarios  que anulan las posibilidades y espacios para la creatividad  desperdician el potencial de colaboradores que pueden migrar  a otras instituciones o mantener en secreto, sin revelar ideas y creaciones que pueden ser vitales para el éxito o supervivencia.

 La creatividad es una habilidad que puede ser descubierta y desarrollada, es decir usted puede ser un genio creativo, solo debe decidirse y por supuesto, consumir el menú adecuado de “proteínas, vitaminas, y otras sustancias “ que la estimulan (los saberes inútiles)

 Cualquier ejecutivo, por su estatus que le otorga capacidad económica y contactos , puede acceder a las fuentes de  los saberes inútiles. La asistencia a un concierto de música clásica un fin de semana o la adquisición de un piano y el inicio de un proceso de aprendizaje  aparentemente arduo pueden ser gratificantes en los resultados y rentables en el aspecto empresarial. Solo es cuestión de tiempo, constancia y mente abierta.

 Mintzberg, gurú del management, demostró que el planeamiento estratégico, una actividad aparentemente útil  y productiva,  es muchas veces una actividad estéril y costosa,  por lo tanto no existe razones para desvalorizar o menospreciar  los “saberes  inútiles”.

 La única  vaca sagrada debe ser la filosofía de negocios, todo lo demás puede y debe cambiar, gracias a la creatividad (mejor si ésta es forzada  por el impulso de los  saberes  inútiles)

 Referencias

Johnston, Robert E. Jr.; Bate, Douglas J. (20o3), The power of  strategy  innovation. A New Way of Linking Creativity and Strategic Planning to Discover Great Business Opportunities. American Management Association. New York

Velasco Tapia, Lucia, compilador, s/f, Desarrollo del pensamiento creativo
Universidad de Londres, Licenciatura en Diseño gráfico

Viele , Bob (2010), The cost of bad meetings.
Disponible en www.smartermeetings.com