La
Creatividad es favorecida por los saberes
inútiles
Presentemos algunas definiciones para ubicarnos en el contexto
apropiado, aunque advertimos que las que mostramos no son necesariamente las
únicas. De hecho conceptos como la Creatividad son polisémicos y muchas veces
se definen sus propiedades o características creando confusión; todo ello
porque la creatividad ha tomado gran importancia en los últimos tiempos. Como
lo señala Rodríguez Estrada (en Velasco Tapia, s/f, p. 7) “Todo el mundo quiere
ser creativo, sin embargo cuando se cuestiona sobre lo que es la creatividad,
pocos saben definirla… Anteriormente a los creativos se les llamaba genios,
talentosos, ingeniosos, sabios, inventores, y se les consideraba hombres
inspirados por los dioses”. Pero ¿que sugiere esta palabra de moda? Rodríguez
Estrada agrega (En Velasco Tapia, s/f, p.7) “Originalidad, novedad,
transformación tecnológica y social, asociaciones ingeniosas y curiosas,
aventura, sentido del progreso, éxito y prestigio, nuevos caminos para llegar a
un fin, alternativas, solución de problemas, fantasía, descubrimiento... la capacidad de producir cosas nuevas y
valiosas”.
Estas “cosas nuevas” pueden ser
teorías científicas, modelos matemáticos o económicos, productos para el consumo,
servicios o formas de atención a los
clientes o usuarios, procesos industriales u operativos, métodos educativos, un
componente tecnológico que genera un cambio cualitativo; en fin, cambios o
novedades en cualquier campo de la
actividad humana.
Un detalle importante: la
creatividad es un asunto estrictamente personal, psicológico, guiado por
mecanismos particulares por ello es posible que dos o más personas, sin
contacto alguno puedan llegar a los mismos resultados ¿Recuerdan el cálculo
diferencial, Newton y Leibniz?
La magnitud de los cambios no es
relevante, pues el transistor o un cuento para divertir a los niños son valiosos por ser resultados de
la creatividad, pues en última instancia como lo señala Rodríguez Estrada (s/f.
p.8) ¿Quién es el
juez de lo valioso?”, por lo que sugiere
tres grados o niveles para valorar la creación:
• El producto es valioso para el
círculo afectivo del sujeto creador (nivel elemental, de interés personal y
familiar).
• Es valioso para su medio social
(nivel medio o de impacto laboral y profesional).
• Es valioso para la humanidad
(nivel superior o creación trascendente y universal).
Para Edward de Bono, el “pensamiento creativo parece no existir
hasta que se necesita… en términos de cantidad, el perfeccionamiento es el uso
más amplio del pensamiento creativo...
El punto clave es la capacidad de examinar cualquier procedimiento o método y
dar por sentado que podría haber otro mejor (Velasco Tapia, s/f p. 8-9) Para ello
hay que considerar algo. El pensamiento creativo es
necesario sólo cuando no existe la posibilidad de introducir mejoras basándose
en la experiencia, las nuevas tecnologías, la nueva información, el análisis y
la lógica; este panorama es la fuente de confusión o malinterpretación de la
creatividad.
De Bono también considera la resolución de problemas como el área tradicional de aplicación de la creatividad. Cuando los procedimientos
estándar no ofrecen soluciones o éstas no son las mejores. Otro uso de la
creatividad se refiere al incremento o creación de valor para los recursos los
activos de la organización que trata de destacar en un entorno agresivo y
competitivo, donde la generación de oportunidades puede ser la clave de la supervivencia
o predominio. En la industria tecnológica
actual se pueden ver continuamente ejemplos de esta orientación ¿Por qué Kodak
y Nokia se convirtieron de líderes en seguidoras irrelevantes en su industria? De
bono (En Velasco, s/f, p.11) ) dice certeramente: “Las oportunidades sólo “caen
del cielo” si alguien se lanza a buscarlas. Las ideas generadoras de
oportunidades no se encuentran en todas partes, esperando a que alguien las
encuentre. Esas ideas deben ser producidas”
En las empresas que descubren la necesidad de la creatividad
para mejorar la situación, según Johnston (2003, p. xv) “el impulsor de la idea
es la necesidad de crecimiento estratégico bajo un nuevo esquema, o metas
ambiciosas que superan el alcance de las capacidades actuales; a veces la amenaza
competitiva, que crea el apetito para la innovación estratégica donde no
existía nada antes”. Esto demuestra que la creatividad pasa de ser un asunto o necesidad
personal, a un asunto corporativo., La institución, la empresa , no solo el individuo,
deben ser creadores. Gran cambio.
Pero, ¿es realmente
una pérdida de tiempo el aprendizaje y la práctica de la música, artes plásticas,
literatura, danza y otras actividades que no tienen resultados tangibles, concretos?.
La audición de una sonata de Mozart, la
visión de una danza de Tchaikovski o la lectura de un poema no producen nada
que se pueda tocar, mirar, sentir, oler, vender, pero producen un cambio en la
mente y el espíritu de quien “perdió el tiempo”. Y esa mente, esa persona, puede
ser quien, con la capacidad mejorada por estas actividades, descubra la
solución de un problema productivo insoluble, quien diseñe o imagine un nuevo producto
o servicio, sea el que “sube al cielo y recoge las oportunidades que por allí
abundan” (según de Bono).
Los saberes inútiles
son aceleradores, catalizadores o multiplicadores de la capacidad creativa, por
ello, en vez de desalentar, cuestionar o sancionar, debe fomentarse su empleo
en tiempo y espacio adecuados. Por otra parte práctica de los saberes inútiles fortalece la capacidad, amplitud
y efectividad del “pensamiento lateral”, una genial idea de Edward de Bono
Los saberes inútiles lo
son realmente cuando la persona que las practica toma el tiempo destinado a su
trabajo para ejecutarlas, se despreocupa de sus tareas y por andar abstraído
comete errores que perjudican a los demás. En este caso, el culpable no son los
saberes inútiles sino la irresponsabilidad de quien acude a ellos.
Como respuesta a la presunción de los que consideran inútiles estos saberes, hay que recordar que
Henry Mintzberg, gurú de la administración, afirma que el planeamiento
estratégico en muchas empresas no aporta ni un rango suficiente de opciones estratégicas
ni presenta una hoja de ruta o mapa que comprometa acciones para el futuro.
Johnston señala lo siguiente :
“This is not surprising since most
strategic planning processes are numbers-oriented, lacking a creativity
component. As a result, strategic planning in most companies is a process that
merely extends the previous strategy into the future. Even when senior
executives invite ‘‘out of the box’’ thinking, most managers do not know how to
go about exploring beyond the existing strategic framework. (Johnston, 2003, p. xiv)
Y el planeamiento estratégico considerado por muchos como
una actividad absolutamente productiva, creadora de oportunidades; quizás lo
sea en algunos casos, pero la apreciación de Mintzberg baja del pedestal a los
que tienen esta vana pretensión de superioridad.
El planeamiento
estratégico que no conduce a nada, es una actividad totalmente inútil y como se
asume que es tarea de los altos ejecutivos, resulta muy costosa u onerosa. La rentabilidad
es claramente cero. Un informe de una consultora refiere que las reuniones pobremente
gestionadas donde acuden ejecutivos, representa
una pérdida de más de 20 billones de US$ por año en la economía canadiense, mientras que para los EEUU la pérdida
es de más de 200 billones en tiempo perdido y talento desperdiciado (Viele,
2010, p. 1). Se asume que cada ejecutivo emplea unas 2o horas por semana en reuniones
y cada hora se cotiza en US$ 100. Con seguridad, son reuniones donde la creatividad
estuvo ausente para definir claramente los problemas o metas y proponer soluciones
adecuadas, o nadie es capaz de ver el futuro y definir la ruta a seguir.
Las actividades inútiles, por el contrario, no cuestan o si existe
un costo no es tan alto como el de las reuniones mencionadas, en las que
asisten ejecutivos sin creatividad, aburridos, que solo está ahí porque el
protocolo lo exige. La rentabilidad, no monetaria
o inmediata, de actividades “inútiles” se comprueba cuando quienes participan las asimilan a su modo de vida, demuestran mayor flexibilidad mental,
equilibrio sicológico y fisiológico,
creatividad, mayor resistencia a las tensiones y el estrés, disfrute pleno del
vida; y creo firmemente, que todo esto, se
traduce en dinero, mucho dinero ganado o ahorrado (no hay enfermos por estrés,
por ejemplo).
Un
menú para la creatividad
Mencionamos como ejemplo de
actividades no productivas la música, la poesía, la meditación, la danza, las artes
plásticas, la actuación escénica. Al final de una sesión de práctica no queda
nada: después de la música solo el recuerdo de los sonidos que gradualmente se disipan en el espacio; después de la danza tan solo los movimientos con los
que sintió la ligereza de las aves; quizás solo las artes plásticas quedan
expresadas en objetos materiales (cuadros, esculturas) pero es el proceso creador
lo que vale más, el afán por encontrar color o formas donde antes no existía
nada.
En una dieta alimenticia,
existen muchas opciones para combinar loe elementos básicos de la alimentación;
proteínas, azúcares vitaminas, oligoelementos. Las combinaciones adecuadas permiten
tomar las cantidades necesarias. En cuanto a la creatividad, también existen
varios elementos básicos, los cuales
deben elegirse para formar la “dieta de la creatividad”. En la figura 1 se muestran
algunos saberes inútiles que conforman esta dieta. Existen más, pero como
ejemplo son suficientes los mostradas.
A diferencia de los
alimentos físicos, en los saberes inútiles existe una maravillosa paradoja:
Nada es excesivo, nada es poco. Mucho o poco tiempo en la práctica musical ya hacen la diferencia, se comienza a activar
la creatividad. Lo mismo con las demás cosas inútiles. Se entiende que quien
las practica debe balancearlas adecuadamente con la vida profesional,
laboral, familiar; de otra manera el exceso si sería perjudicial. La idea es
estar lejos de la zona de indiferencia
(el círculo central) que es como la zona de máxima gravedad que atrae hacia la
nada a la creatividad, la anula y limitas las posibilidades de la persona.
Conclusiones
Johnston,
Robert E. Jr.; Bate, Douglas J. (20o3), The power of strategy
innovation. A New Way of Linking Creativity and Strategic Planning to
Discover Great Business Opportunities. American
Management Association. New York
Velasco Tapia, Lucia, compilador, s/f, Desarrollo del
pensamiento creativo
Universidad de Londres, Licenciatura en Diseño gráfico
Viele , Bob (2010), The cost
of bad meetings.
Disponible en www.smartermeetings.com