sábado, 2 de marzo de 2019

Limpieza de Paneles Solares: Empleo de principios básicos de Ciencia e ingeniería


Limpieza de Paneles Solares: Empleo de principios básicos de Ciencia e ingeniería



Un panel solar o módulo solar es un dispositivo que capta la energía de la radiación solar para transformarla en calor o energía eléctrica. Existen dos tipos básicos: Térmicos o colectores solares (utilizados para producir agua caliente de uso doméstica) y los paneles fotovoltaicos (para generar electricidad). Los paneles fotovoltaicos están formados por numerosas celdas o células fotovoltaicas que convierten la luz en electricidad.

Los paneles se ubican en áreas libres, donde la acción de fenómenos de la naturaleza (vientos, lluvia, eventos climáticos, movimiento de aves, etc.) crea las condiciones para la existencia de polvo y otros elementos que se depositan en la superficie de los paneles solares creando un problema complejo y continuo, que varía según el clima y lugar.  La suciedad que se deposita y acumula sobre los equipos solares tiene una mezcla de elementos orgánicos e inorgánicos, algunos llegan con el viento, otros con la lluvia.

Existen dos tipos de ambientes que generan más suciedad en los paneles solares. En ambientes muy secos y suelos áridos, los paneles se ensucian por partículas inorgánicas que transporta el viento (polvo y otras impurezas que se adhieren al panel por atracción electrostática). El polvo puede desgastar los materiales del panel, como el silicio, y rayar la superficie de vidrio de los módulos.


En un ambiente fresco, la tierra está constantemente húmeda, los excrementos de aves, el polvo, la contaminación urbana y otros elementos orgánicos se acumulan en la superficie del panel y corroen los componentes del panel. En las zonas costeras las sales corrosivas e impurezas son transportadas por el viento.

Las superficies de los paneles expuestos a la intemperie están diseñadas para soportar este tipo de suciedad; algunos creen que la lluvia es suficiente para limpiar los paneles solares. Con o sin lluvia, es necesaria la limpieza periódica, por ser una inversión considerable y por la disminución de la eficiencia cuando se exceden los límites tolerables de suciedad.

Los paneles pueden ser dañados por partículas abrasivas que rayan la superficie y el resto del equipo. Los depósitos orgánicos (excrementos de las aves y heces de otros animales arrastrados por el viento), los restos de contaminación urbana (finas partículas de combustión), la materia orgánica en descomposición y el polen pueden mojarse y causar corrosión. La acumulación de suciedad puede ocasionar calentamiento excesivo de los paneles solares y generar los llamados puntos calientes; en caso externos puede quedar dañado definidamente el equipo.


¿Qué hacer ahora? La ingeniería entra en acción al proponer soluciones prácticas amistosas con el ambiente, versátiles (más de una forma de acción), sin daños a los planes y riesgo nulo o mínimo para las personas. ¿Cómo se logra? Con la aplicación de los principios de las ciencias e ingeniería. El ingeniero no tiene que reinventar la rueda o la palanca; ya están ahí y se ha comprobado su eficacia. La gravedad siempre actúa, igual que otras leyes naturales; por ello basta combinarlas y descubrir aplicaciones o procesos para resolver problemas o mejorar determinados estados. Este proceso no tiene que sea complicados, basta con que resuelvan bien el problema. La innovación o la creatividad no se revelan únicamente en soluciones espectaculares o costosas, está presente también en las propuestas pequeñas y sencillas.


Algunos inconformes dirán que no es nada extraordinaria. Claro, cualquier solución es sencilla cuando alguien ya la presentó, ya pensó en ello, hizo cálculos y pruebas, aplicó teorías, conocimiento y experiencia y como resultado están las herramientas.

Link del video que muestra cómo se limpian paneles